Entrevista y fotos: Vanda Ianowski.
La Red Puna y Quebrada, creada en el año 1995, articula en la actualidad a veinticinco organizaciones del sector campesino indígena de Jujuy. Integra el Movimiento Nacional Campesino Indígena, que a su vez es parte de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo-Vía Campesina.
En Tilcara, Quebrada de Humahuaca, territorio de apasionante riqueza cultural, la Red tiene un local de venta de sus artesanías. Allí entrevisté a Liliana Martínez y a María Guadalupe Tolaba, integrantes de la Red desde sus inicios. Con minuciosidad y de manera generosa fueron relatando su recorrido, la situación actual y los peligros que avizoran en un momento de feroz avance de la minería en sus territorios. Aquí van sus palabras entrelazadas...
PARTE I: LA RED TUVO QUE IR CONSTRUYENDO LA MANERA DE ORGANIZARSE
¿Qué es la Red Puna y Quebrada?
Liliana: La Red es una organización de segundo grado que reúne a veintiocho organizaciones de base, algunas más chiquitas, otras más grandes, de distintas características. Se creó hace 26 años. Al inicio empezó como una articulación de instituciones, pero después se fue constituyendo como un proyecto político, social, económico, como un actor que representa todo a un sector campesino indígena de acá de La Quebrada y Puna de Jujuy.
Con los años la Red tuvo que ir armando y construyendo una manera de organizarse. Al principio eran asambleas cada dos, tres meses, sumamente costoso. Las distancias acá en La Puna son muy largas, hay poco transporte público, entonces fuimos generando instancias de organización que facilitaran la comunicación. Se armó una organización territorial, que son 5 microredes: Puna Norte, Puna Oeste, Puna Centro, Puna Sur y Quebrada. En cada una hay una sede, que la pone la misma organización que forma parte de la red, no es que la red aparte, porque todos somos parte de la red, digamos.
Y después con el tiempo también se fue necesitando especificidad en algunos temas, ¿viste? no alcanzaban las asambleas para profundizar y darle seguimiento a los proyectos. Entonces armamos áreas. La primer área que se formó fue la de producción y comercialización. Hubo áreas que tuvieron un tiempo de vida y después dejaron de funcionar, otras que se crean. Todas las áreas funcionan igual, hay uno o dos representantes, por cada microred. Esas microredes se reúnen todos los meses en su lugar, y las representantes, una vez por mes en esa reunión del área.
Yo estoy en el área de Artesanías y Género, que empezó como área de género hace como 20 años, a partir de todo un trabajo que hicimos en la Red con las mujeres. Ahí vimos que había una necesidad re importante de trabajar sobre los derechos, violencias, salud sexual y reproductiva.
Después de unos años de trabajar en talleres nos dimos cuenta que era re necesaria la parte económica, que tener independencia económica y autonomía te para en otro lugar para negociar, para cambiar cosas, para tomar decisiones. Cuando les propusimos a todos los grupos de mujeres que hiciéramos un proyecto productivo, todas se inclinaron, sin conectarse entre ellas, con el tema de la artesanía, porque todas sabían tejer, todas sabían teñir, todas sabían hilar. El tema era que no era fácil poder vender esas artesanías, entonces muchas habían dejado de hacerlo, pero era algo que les interesaba.
Y empezamos a buscarle la vuelta, buscamos diseñadores que nos ayudaran a darle esa vueltita, cómo hacer para que las prendas no pierdan la esencia ancestral, las técnicas de tejido y demás, pero que a su vez tengan más facilidad para venderse en el mercado. Y bueno, tuvimos un proyecto de dos años en el que, con 25 artesanas, armamos una colección. Hacíamos talleres de tres días cada tres meses, donde venían estos diseñadores, y se fue armando la primera colección de la Red. Después estas artesanas tenían que trabajar con las mujeres en sus lugares. Hubo muchas dificultades y muchas cosas que avanzaron, tuvimos que ir modificando el proyecto porque había una necesidad de ellas de tener algún apoyo para poder transmitir. Miedo de equivocarse, que las cosas no salieran igual y después nadie se las comprara. Entonces, hicimos unos manuales con cada producto. Este manual tiene una ficha técnica: las medidas, especificaciones varias... ese fue, por ejemplo, un tema crítico. Sistematizar la artesanía no va en detrimento del concepto y la esencia de las artesanías, que es arte, y todo se fue acordando en asambleas con las mujeres. Era necesario hacer algo así ¿para qué? Para que mujeres que están totalmente aisladas, sin comunicación, sin señal de celular, puedan estar enganchadas en una propuesta de comercialización como esta. Porque si vos todo el tiempo necesitás reunirte, es muy costoso y es imposible. Entonces, de esa manera, esta sistematización lo que nos permite es eso. Ponele, recibimos un pedido de 500 chulos, por decirte un ejemplo, que tejimos para el Festival de Cine, que les dieron un chulo a alguna gente del festival; entonces ninguna de ellas podría haber accedido a ese nicho de venta. Pero nosotras recibimos el pedido, se distribuye en todas y como hay moldes, hay especificaciones, hay acuerdos de calidad etc, pudimos reunir los 500 en un mes ¿viste? Y así. Así con un montón de pedidos grandes que tenemos. Podemos acceder a ciertos compradores que individualmente no podrían y todas las mujeres quedan enlazadas en esto.
Ahora somos 120 las mujeres que están tejiendo y participando activamente en este proyecto, distribuídas en estas 5 microredes.
Acá se definió que vamos a promover la cría de llama y que, por lo tanto, la fibra que priorizamos para hacer las artesanías son las llamas, porque de esa manera traccionamos algo que sale de la llama y que da más ánimo también para criarla. Porque mucha gente que había dejado de criar llama en La Puna. Y en los últimos 20 años empezó de vuelta a promover la cría de llama en detrimento de la oveja, que no es un animal adaptado al ecosistema de La Puna, que es un animal introducido y que, además los animales, las ovejas en La Puna, no tienen ni buena carne ni buena lana, pero sobre todo mala lana. Pero, como muchas familias igual tienen sus ovejitas, bueno, acá vas a ver unos peleros o algunas cositas de oveja, o todos esos pompones son de oveja, o alfombras hacemos a pedido de oveja, pero todo lo demás que ves es llama. Y otra cosa que nos planteamos es que sea con tintes naturales. Entonces, se tiñe con cochinilla, yerba mate, quinchamal, bueno, hay muchos de estos colores naturales, natural, el beige también. Esto también es cochinilla, esto es con distintos mordientes, ¿ves? Todos estos con cochinillas pero con distintos mordientes. Esto es con una semillita. Repollo colorado queda celeste. Bueno, todo esto fue una discusión inicial en el proyecto, y fue un acuerdo general, digamos, y pasó que en algún momento alguien trajo, ponele, un suéter con una guarda con tinta artificial, entonces las chicas que atienden acá el local lo llevaron a la reunión y dijeron: “y esto ¿qué hacemos?”. Bueno, y se volvió a discutir y se volvió a quedar que se va a usar hilo hilado a mano, que se va a usar tintes naturales. También hay acuerdos de que solamente pueden ingresar en grupo, no pueden ingresar individualmente, que el sueltito individual tiene que sumarse a un grupo para formar parte… si no, imposible.
¿Cuáles son sus canales de comercialización?
Nosotras ahora vendemos en este local y vendemos en un local que se llama Makiwan acá a 150 metros, que es una red de la que también formamos parte. Sumando todas las artesanas de la Red Puna y las de Makiwan somos como 280. Nos reunimos todos los meses en Makiwan, y se discute todo, se discuten los precios, se discute si hay clientes, qué se hace, qué no se hace, todas las decisiones generales. Muchas veces ellos necesitan ir al grupo y consultar, entonces se queda para la próxima reunión, se trae esa respuesta del grupo. Por eso, a veces, bueno, es difícil llevar todos los tiempos a la vez ¿viste? El de la venta, la demanda de clientas así como muy ansiosas que presionan y demás, pero, a su vez, poder encontrar un equilibrio en la organización, en la distribución de los pedidos. Porque si vamos al ritmo apurado de las clientes entonces terminan tejiendo las 10 que están acá cerca ¿viste? Las que tienen comunicación, tienen teléfono… y la gran mayoría queda afuera. Tenemos dos zonas que no tienen señal de celular directamente, que son Rinconada y El Moreno, que por suerte en los últimos años, tienen comunicación con el WiFi de la escuela o del municipio. Antes era con papelitos en el colectivo, que entraba tres veces por semana.
En esta bisagra con las clientas, el mundo occidental, quienes compran, algunas valoran más, otras menos, entienden más, entienden menos, pero lo que sí es cierto que hacia el otro lado, hacia el mundo de las artesanas, hay todo una cantidad de cuestiones culturales que no se han perdido, que se mantienen y que son muy importantes, son parte de la vida. Es parte de la cultura de la región, un montón de festividades, un montón de rituales, algunos personales, ¿no? cuando muere alguien. Se hacen muchas cosas durante 9 días, eso, como muchos rituales además del funeral y después en la época de todos los Santos y los Muertos también hay muchos rituales en esos días por los muertos nuevos, por los muertos más viejos. Carnaval, Semana Santa, hay muchos momentos del año en que todas las familias de Quebrada y Puna se abocan a estas festividades con un ánimo de compartir, compartir música, compartir alegría, compartir un montón de cosas. Y eso modifica todos los tiempos de producción, digamos, ¿no?, eso, no es una fábrica. Además, que no es una fábrica y que es trabajo artesanal, y que cada artesana puede tener su problema personal, familiar, en algún momento, además están todas estas cuestiones más colectivas, más generales, culturales que hacen que, bueno, que las clientas deberían manejarse con esos tiempos para poder prever y no venir con urgencias todo el tiempo... que no se pueden responder porque, bueno, ni hablar cuando caen en una festividad. Imposible...
También vendemos en la Tienda Nube y dos veces por año, viajamos a Buenos Aires y nos armamos como nuestra propia feria, le llamamos gira comercial, y vamos a locales de clientas o de diseñadores o centros culturales que nos invitan. No nos cobran nada, así que todo lo que vendemos es para acá, para las artesanas. Llevamos las artesanías de las 120 y además tenemos clientes mayoristas que revenden, ese es creo que el mayor caudal de venta que tenemos, que se fueron incrementando con los años. Clientes que venden acá en Argentina, que tienen locales y otros directamente venden afuera. Nosotras no exportamos directamente, hay clientes que tenemos que exportan. Sabemos dónde venden, las páginas, todo, pero no es algo que nosotras intervengamos directamente.
¿Cómo toman las decisiones?
En la Red en general todas las decisiones se toman por consenso. Creo que en algunas asambleas, ahora se hacen una vez al año las asambleas, puede ser que haya habido alguna decisión que se haya votado. No quiero decir que nunca se votó, pero en general lo que está medio establecido, instalado, es el consenso. Hay una modalidad, las cosas se amasan mucho, viste, son lentas, pero llegan, llegan los consensos, llegan los acuerdos, no te sabría decir bien cómo, pero ocurre así.
Una sensación que yo tengo, muy personal, es que hay una manera de resolver las cosas, y una manera de ver las cosas que no está tan... no está explicitada verbalmente, esto es así, esto es asá. Pero, subyace en todos los espacios colectivos esta manera de hacer, de escuchar, de discutir. Que es lo que lleva para mí al consenso. Es más lenta, es mucho más tranquila, no hay sobresaltos, pero ocurren, ocurren cosas, lentamente en los ámbitos colectivos, y no hay una cosa así de, yo digo occidental, pero puede ser de otra cultura… Como yo me crié en la cultura occidental la asocio a eso, a esto del apuro, de levantar la voz, o… no, eso no ocurre. Y no es tampoco es bien aceptado alguien así, hubo gente que transitó por la Red, te imaginás en 26 años mucha gente pasó, gente que vino a vivir acá, gente que intentó incorporarse y pasó quizás uno, dos, tres, cuatro años y, a veces las maneras, esto de ver, de resolver, no coincidieron mucho. Pero tampoco la Red en su conjunto tiene esta manera de confrontar como más explícitamente, nadie le dijo “te vas de la red”. La gente se va porque empieza a no estar tan cómoda porque no encaja en los códigos.
En la Red las decisiones se toman así…. los grupos de base discuten, esos grupos de base pueden ser una cooperativa, puede ser una comunidad aborígen, puede ser un centro vecinal, puede ser un grupo de mujeres; discuten ciertos temas. Por ejemplo, te doy un ejemplo en el área nuestra de artesanías y género: nosotras este mes dijimos: “bueno, el mes que viene vamos a hacer un aumento de precio… porque ya no da para más, las cosas aumentaron un montón”. Entonces, cada grupo tiene que discutir en su lugar. Se reúnen, discuten qué aumento deberíamos hacer, si hacemos uno parejo para toda la lista, si hacemos uno diferenciado para algunos productos, y cuál sería ese aumento. Después, las representantes de ese grupo traen toda esa discusión y esas conclusiones del grupo al área de Artesanías y Género. Entonces, ahí nos reunimos, discutimos, muchas veces no estamos de acuerdo, las discusiones son larguísimas, tenemos reuniones de ocho, diez horas. No sólo con el tema de los precios, de todos los temas que hay que discutir, pero los precios es un tema crítico porque hay que ponerse de acuerdo, porque cada una tiene sus criterios. Un ejercicio que hacemos bastante es anotar las horas que lleva el tejido, el peso para ver el tema del hilo, bueno, vamos mejorando para tratar de agilizar un poco esa discusión. Y en esa reunión se queda en un precio, es el precio a la artesana, y ya está discutido que sobre ese precio de artesana hacemos una lista de venta mayorista con un 15 % más y una lista de precio minorista con un 40 % más. Esto es público, se lo decimos a todos los clientes. Entonces, una vez que constituímos las listas de precios, ellas no están nunca más expuestas al mercado, que les regateén. Muchas artesanas nos contaban que venían desde La Puna Sur, ponele, desde El Moreno con su bolso, con medias, guantes, gorros, que habían tejido, o chalequitos, ella, su mamá, su tía, su prima, bajaba a hacer compras a Purmamarca y empezaba a vender a, no sé, a cien pesos algo, y vendía dos o tres al mediodía y ahí tenía que almorzar, hacer un gasto, entonces empezaba a vender a ochenta, y a la tarde un poco menos, y al final, lo último lo dejaba a consignación en algún lado y se volvía porque ya había hecho las compras y se tenía que volver. Entonces, eso ellas, hoy por hoy, saben que lo que tejen, como fue pedido, está vendido, no hay esa incertidumbre de que si le apuesto a tejer esto y... ¿a alguien le gustará?, y dónde lo venderé, y cuándo lo venderé, no...
Y bueno… en otras cosas también las decisiones son más o menos así, van y vienen. Algunas, nos pasó por ejemplo, de traer un tema a la reunión de Artesanías y Género… de algún proyecto, y que no tengamos nosotras muy claro si vale la pena, si todas quieren, si se quieren involucrar ¿no? entonces, ese tema se lo llevan a la reunión del grupo, lo discuten y al mes, en la siguiente reunión, tenemos más elementos para decidir si lo hacemos o no lo hacemos, si lo encaramos o no. Nosotras en la reunión de Artesanías y Género muchas veces decimos: “che, tendríamos que plantear en la coordinación tal cosa”, ¿no? Entonces, bueno, cuando va la representante tiene que plantear lo que nosotras consideramos y después traer también una respuesta.
Sería una función de vocera, ¿no?
Claro, lleva la voz del grupo, porque tiene todo el tiempo un feedback, vuelve al grupo, va, viene, va, viene… Eso lo trabajamos en la escuela de Formación de Dirigentes, y trabajamos mucho sobre esto de la representación ¿no? De hacer síntesis, escuchar a todos, llevar esa voz y correrse desde lo personal, si coincide o no coincide, o cómo englobarlo en algo que uno lleva en representación de un grupo, digamos. Ese ida y vuelta lo trabajamos en esta escuela de formación de dirigentes, que la tuvimos muchos años. Y el año pasado nosotras iniciamos una formación de Promotoras de Género en Makiwan y también trabajamos el tema de la representación… que no es tan fácil... es algo que quizás en ciertos ámbitos tuviste la posibilidad de hacerlo, y si no tuviste la posibilidad es un ejercicio, es una capacidad que podés adquirir perfectamente, pero la tenés que ejercitar, es así. O sea, los varones en general tuvieron más oportunidad para hacer el ejercicio político, ¿no? De representar, de ir, venir, llevar, y lo hacen muchos malísimo ¿no? Pero también en ese ejercicio le encuentran la vuelta para camuflar y permanecer en esos lugares. En cambio, las mujeres tuvimos menos oportunidades, entonces también nosotras hacemos mucho esfuerzo en generar encuentros entre mujeres, participar de encuentros de mujeres para nosotras, ir ejercitando también esa posibilidad de hablar en público, hablar entre nosotras, animarnos, representar, llevar y traer para que una vez que estemos en espacios mixtos, bueno, estemos como más fortalecidas, porque ya nosotras también nos fortalecimos con esa ejercitación ¿no?
PARTE II: NUESTRO PARAGUAS POLÍTICO ES LA VIA CAMPESINA
¿Cuáles son los principios políticos de la Red ?
Liliana: La Red Puna es una organización que intenta ser un actor que representa a este sector campesino-indígena, y articular con otras organizaciones del sector y fuera del sector. Porque está dentro de la política de la Red la articulación, el aunar esfuerzos, discutir y pensar estrategias juntos. Y en esta representación, la propuesta de la Red tiene que ver con una idea de soberanía alimentaria que es la que propone Vía Campesina, ese sería nuestro paraguas político. Las áreas de trabajo y todas nuestras acciones tienden hacia articular con otros, pelear por los títulos de las tierras, en contra de la minería contaminante, fortalecer, crecer y mejorar como sociedad, en todos los aspectos. Y también en pelear por vivir más dignamente en el campo ¿no? Por el derecho a la educación, a la salud, digamos, todas esas facetas que hacen a la vida, además de la producción y la comercialización que es un eje re importante en la Red porque todas son familias productoras de animales o de agricultura. Acá en la Quebrada, más agrícolas, en La Puna más ganaderas.
Y en sintonía con la soberanía alimentaria, los canales de comercialización, que sean directo al consumidor, producir de manera agroecológica, o sea, todo lo que se plantea en la propuesta la soberanía alimentaria es lo que nosotros llevamos adelante en el trabajo en el territorio y fuera del territorio con otras organizaciones con las que vamos haciendo acciones conjuntas.
La charla se alarga y se hace la hora de abrir el local, llega María Guadalupe, que está a cargo de la atención al público, y se suma a la entrevista…
María Guadalupe: La Red tiene, hoy por hoy, este área de Artesanías y Género, el área de Producción y Comercialización que se llama COPROCO, el área de Formación y el área de Jóvenes. Y además, tenemos una coordinación general que se reúne también mensualmente donde va un representante de cada micro red y un representante de cada área. Entonces, en esa coordinación como que se tiene un panorama general, se informa todo lo que se está haciendo, todo. Y si hubiera decisiones que involucran a la organización en general se discuten ahí. Nosotros como Red Puna formamos parte del Movimiento Nacional Campesino Indígena, Somos Tierra, que a su vez forma parte de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo, Vía Campesina. Entonces, por ejemplo, dentro del movimiento también hay un área de género que se llama de Feminismo Campesino y Popular, y nosotras formamos parte de ese área. Entonces, ahora vamos a Mendoza, por ejemplo, a un encuentro de feminismo del MNCI en junio, digamos, también como que nos vamos enredando con otros y otras.
¿Cuáles creeen que son las potencias y novedades que trae la Red Puna?
Liliana: Bueno, para mí la Red Puna, la potencia que tiene es que se construyó colectivamente ¿no? Porque parece a veces como algo teórico, pero, en realidad, el pensar en cada pasito que se dió, cada acuerdo que se hizo, cada desacuerdo que hubo, no sé, todo… Porque muchas veces, ahora, a veces, las cosas parecen como más fáciles ¿no? Y como que hubieran sido mágicas, cayeron del cielo, y no es así ¿no? Si te pones a mirar para atrás, 26 años de estar construyendo, de cometer errores, de tener aciertos. Entonces, todo ese tiempo transcurrido... se generaron muchas cosas, se generaron acciones, estructuras, ideas, códigos entre los integrantes.
María Guadalupe: Y en lo colectivo me parece que es fuerte también, pensar colectivamente. O sea, que nosotros territorialmente tenemos la organización que se subdivide adentro en cinco zonas grandes. Y cada vez que, bueno, tenemos una coordinación general, y ahí cada vez que tenemos que pensar para algún encuentro, para un cambalache, para una asamblea, para lo que fuera, de ir a representarnos, siempre se piensa en las cinco zonas. Siempre. Y eso creo que es una construcción que eso sí que… más allá después de otras cosas, pero pensar conjuntamente es una cosa construída también, que no ha caído de arriba, pero está como sembrada ahí.
Liliana: A mi me pasa muchas veces cuando vamos a Buenos Aires, viste, con el tema de las artesanías... vos empezás a contar: llega un pedido, yo se lo paso a María o Verónica, ellas a su vez lo comparten con dos o tres artesanas con las que están en su equipo de comercialización. O sea, se comunican con las referentes, unas dicen: “bueno, yo te tejo cinco ruanas, yo tres, yo dos…” Y después vienen las ruanas acá en una fecha y hacen control de calidad, arman la encomienda, bueno, nosotras como estamos en el mismo equipo yo sigo el tema de los pagos, el envío, los remitos, bueno, todo eso. Y bueno, mucha gente dice: “¡Ahhh pero qué organización!”, pero lo que costó construir esto, porque nosotras hemos revisado esta organización de la comercialización muchas veces, y ahora estamos en un momento de volver a revisarla, no es que se pensó una cosa hace 15 años y sigue igual. Recontra cambió y cambia por todas esas instancias grupales donde paramos y decimos: “no, esto no da para más, ya estoy agotada”. Entonces, empezamos a revisar a ver cómo podemos hacer para mejorar el sistema interno nuestro, y bueno, se generan nuevos acuerdos. Me parece que todo eso es lo que hace que colectivamente podamos tener una voz, ¿no? Que nos una, que nos refleje, que nos represente.
PARTE III: ESTADO, GOBIERNO Y POLITICA
¿Cómo piensan al Estado y cuál el vínculo que tienen desde la Red con las áreas estatales?
Liliana: Cuando un gobierno tiene como concepción y como acción un Estado más benefactor, sí, le llegan muchas más políticas públicas al sector campesino-indígena, en todo, digamos, por ejemplo, durante el kirchnerismo, todo el tema de la asignación universal por hijo...
María Guadalupe: Las jubilaciones…
Liliana: Las jubilaciones a las amas de casa, las pensiones para madres de más de siete hijos, las pensiones para discapacidad, todo eso llegó a cada rincón del país y mucha gente del sector campesino-indígena y más empobrecido de acá se benefició. Y como un derecho, ¿entendés? Como derechos que pudieron ejercerse. También en el tema educación, ¿cuántas de ellas terminaron el secundario con el Plan Fines? ¿Cuántas terminaron el secundario, el primario, tecnicaturas que hicieron después de hacer el secundario, como María? Hubo mucha política en educación, en cultura, acá se armaron cantidad de orquestas, chicos tocando música, y acá la gente es música desde que nace ¿no? Entonces, encontró un espacio para expresarse, hubo políticas de muchísimas cosas. Y quizás alguna política para el sector más productivo y comercial también, pero faltaron otras, faltaron esas políticas públicas que estamos diciendo antes.
María Guadalupe: Por ejemplo, teníamos el monotributo social costo cero, y después también se dió de baja eso. Estaba re bueno, porque la gente se inscribía, porque si no... es como que antes, por ejemplo, habían momentos también que la gente se inscribía, pero después se te caía, no lo pagaban, no lo seguías, y después te caía la carga de la deuda. Y entonces eso es como que creó una distancia. Pero, con esto se animaron un montón y empezaron a facturar.
Liliana: Tuvimos el fondo de microcrédito de Nación, entonces nosotras recibimos un fondo como del equipo de artesanías y también el área de producción y comercialización, y bueno, después se cortó y nosotras seguimos con ese fondo. Seguimos rotándolo, todas las reuniones se devuelven los microcréditos, que se devuelven en 6 cuotas y se entregan, se junta un dinero y se entrega uno, dos créditos más. Y eso fue de la CONAMI, viste, que hay una Comisión Nacional de Microcrédito.
Bueno, después no volvimos a recibir refuerzos, se desvalorizó mucho el monto, pero tenemos un éxito bárbaro porque la gente acá devuelve, pide si puede devolver, si no, no pide, y se devuelve todo. La verdad que circula, da vueltas, da vueltas, da vueltas. Eso también es una política pública super interesante, porque se devuelve con un pequeño interés y es algo que facilita un montón, viste, por ahí alguna, o quiere comprar hilo tiene esa oportunidad, o quiere comprar un telar, o quiere comprar una maquinita de hilar, qué sé yo, o todo los tintes juntos para tener un kit para la tintura, viste, cosas que facilitan y que a veces ahorrar es más difícil, pero devolver un crédito es más fácil. Pero sí, hubo momentos de políticas públicas que se acercaron mucho más al sector y otras que faltaron y que, hoy por hoy, no están pintando tampoco.
María Guadalupe: Desde el área de género también el acceso a la Justicia se descentralizó bastante, había también en todos los pueblos así más chicos una oficina que podía recurrir cualquier persona, bueno, y ir a plantear sus problemas, consultar con profesionales y eso.
¿Esto después no se sostuvo?
María Guadalupe: No, no…
Liliana: Nosotros creemos que el Estado tiene que bregar por toda la población, y tiene que regular, encontrar equilibrios donde hay desequilibrios, digamos, intervenir. Por lo tanto, creemos que un Estado presente, un Estado benefactor, digamos, tendría que ocupar lugares como la salud pública, la educación, la comunicación, digamos, un montón de cosas. Nosotras como red, como Red Puna, tratamos de hacer escuchar la voz de todo el sector al Estado y, bueno, y al gobierno que le toca administrar ese Estado. Pero, siempre pensamos que es el Estado el que tiene que garantizar esa vida digna, invertir, así como invierte en sectores como el tabacalero, como en todos los sectores donde la agroindustria tiene mucho poder, el Estado invierte un montón, ¿no? Les pone los calefactores, les pone el gas natural, les pone un montón de cosas que en el sector campesino-indígena sentimos que está completamente olvidado. Para poder vivir con mejores comodidades en el campo creemos que el Estado tiene que hacer esas inversiones como las hacen otros sectores, y probablemente hasta sean menores, pero es darle ese valor al alimento que se produce en el campo ¿no? Eso por un lado. Por otro lado, esto, creemos que tiene que garantizar la salud general para la población, tiene que garantizar la comunicación, un montón de cosas. Y en cuanto a la cuestión de producción y comercialización también pensamos que es el Estado el que debería intervenir para regular muchas cosas del mercado, que no facilitan en nuestra entrada al mercado, para nada. Acá no hay una política pública que le diga a la gente: “mirá, estas son artesanías que se hacen de esta manera, tienen este valor y lo que están en la plaza es industrial, que imita artesanías, por eso es más barato”. Después cada uno decide, porque hay cosas re lindas en la plaza y vos querés llevar un souvenir y lo comprás, pero por lo menos quién tiene, quién le da valor a todo esto, que lo pueda conocer y lo pueda adquirir, eso no existe. Y eso es muy difícil, eso se necesita desde la política pública. Lo mismo para el caso de la comercialización de los alimentos, ¿no? Nosotros en la red producimos muchos alimentos, y hay muchas restricciones que no están hechas para el pequeño productor, están hechas para los grandes.
María Guadalupe: La cuestión impositiva es tremenda porque nosotros, por ejemplo, todas las artesanas tenemos monotributo social, pero como tiene un cierto un límite para facturación, o sea, que es como que a veces sentimos que tenemos un techo y de ahí no podemos crecer. Y si no, ya tenemos que pasar a otra categoría, que es imposible para nosotras, porque no somos empresas grandes que producimos con máquinas ni nada, ¿no? Somos personas que trabajamos. Creo que eso lo tienen que resolver con voluntad política y con políticas públicas.
Pero, ¿ha pasado que se ha resuelto? ¿Han tenido situaciones en donde eso que ustedes están diciendo que debería hacer el Estado, lo haya hecho? acá, concretamente...
Liliana: No, por eso te decimos.
María Guadalupe: Faltan esas políticas públicas.
Liliana: No sólo acá, en todo el país, o sea, no hay políticas públicas que generen figuras jurídicas legales para comercializar, ni colectivamente, ni individualmente. Lo que dice María, como monotributista social podés facturar un monto tan pequeño, que incluye tus insumos, que es ridículo ¿entendés? Es como una mentira, es una hipocresía. Y las figuras legales colectivas tampoco sirven, porque una cooperativa es un salvavidas de plomo, es hermosa la filosofía, nosotros, de hecho, trabajamos como cooperativa, pero nunca nos escribiríamos como cooperativa. ¿A dónde trasladamos el 21%? ¿Al consumidor para perder en la competencia en el mercado?, o ¿al artesano que gana una miseria? No tiene sentido, digamos. Y las grandes empresas que tienen miles de extensiones y excepciones, y entonces es realmente, nos parece que falta una política pública que favorezca y que apoye e incentive a algo tan genuino como la producción y comercialización de los productos de la vida campesina.
¿Qué es “la política” para ustedes?
María Guadalupe: La política para mí es una sociedad justa, pero justa desde cada uno, de lo diverso que es cada uno. Respetando la diversidad, así como las semillas, nosotros hacemos muchas cosas para sostener la producción acá. Por ejemplo, hacemos, año a año, muchas actividades que son colectivas. Una es asambleas grandes donde todos nos conozcamos, conversemos sobre las problemáticas, busquemos las soluciones juntos... tratamos de unirnos, no sólo como organización en sí misma, resolver, sino también con otras. Hacemos otra actividad grande que es el encuentro de semillas, donde todos los productores traen sus semillas conservadas, limpias, digamos, en el sentido que también sin utilización de agroquímicos, y hacemos el intercambio. Algunas veces se vende, otras veces se hace el cambalache como se dice acá, se cambia, se trueca también. Y bueno, esa es una política para nosotros, sostener esa forma de vida es una política de vida. Que los que viven en el campo tengan acceso a la educación, a la salud, medios de comunicación, si alguien se enferma, entrar y salir, poder vivir en su lugar, donde quiere estar, lugar de origen, muchos quisieran estar en sus lugares porque tienen el campo, pueden criar los animales, trabajar la agricultura, bueno, todo lo que se produce en el campo, ¿no? Pero desde un lado de acceso a las posibilidades, o sea, acceder a las oportunidades también. Desde ahí lo veo yo una política de vida para mejorar esa vida que nosotros tenemos, o sea, una vida con políticas que ayuden a sostener la vida que nosotros quisiéramos en el campo. O el que se quiere ir a la ciudad también puede irse y después volver, o sea que, como que haya ese intercambio permanente. No tampoco que la gente si no quiere quedarse ahí no esté, pero que se forme, que vaya, que sean profesionales, que vuelvan y que haya una forma, una política de vida que eso permita, no que se extirpe si ya se ha ido, por ejemplo, ¿qué pasa? Que si la gente se va a la ciudad es como que si vuelve lo siente como un fracaso eso, ¿no? Porque es que no le fue bien en la ciudad, entonces vuelve. Pero, o sea, cambiar esa mentalidad también, o sea, recibirlos, a esa gente, y construir juntos es una política para nosotros, para mí por lo menos.
¿Crees que lo que ustedes hacen es político?
María Guadalupe: Considero que es político... todas las acciones, las actividades que hacemos como organización, porque queremos transformar nuestra forma, no sé si transformar, pero sostener nuestra forma de vida en tranquilidad, en equilibrio, colectivamente, con justicia, y en parte también sosteniendo nuestra cultura, usando las cosas que nosotros tenemos acá, dándole valor agregado y también precios justos ¿no? Un poco de justicia.
PARTE IV: LOS JÓVENES, EL FUTURO Y EL ROL DE LAS ORGANIZACIONES
¿Cómo es la situación de la juventud en relación al campo? ¿lxs jóvenes de las familias campesinas se van yendo hacia los pueblos o ciudades?
María Guadalupe: Sí… no sé si es una problemática nuestra, es una problemática que viene de afuera. No una problemática de afuera, sino como que el mundo se mira desde otros lugares y valen otras cosas para el mundo ¿no? No sé cómo decirte, la mirada más hegemónica, política del mundo, mira que las oportunidades están en las grandes ciudades y que tenés que ser tal o cual y sos exitoso. Entonces, todas las periferias son como, bueno, “vive ahí porque no tiene otra oportunidad”. Y yo creo que los jóvenes adoptan fácilmente esa mirada, y bueno, se van a, algunos sí van, estudian, están todo bien, pero muchos van y se dan cuenta que no era tan fácil estar en la ciudad, y entonces empiezan a trabajar o viven en lugares que ni siquiera son más dignos que en el campo. Para nosotros claro que es una problemática, porque es como que se corta una generación, o sea, en el campo si uno va y ve, la mayoría son mayores los que están, y mujeres, algunos varones también, pero… y niños pequeños. Y la generación de los más jóvenes, digamos, entre 20 y 30 años creo que es muy poco los que hay, muy poca gente que está. Y como te decía antes, que muchas veces la gente quiere volver, o se da cuenta que no está tan bien adonde pensó que iba a ser una vida mejor. Por ahí se le tilda mucho: “¡Ay!, tuvo que volver porque fue un fracaso lo que hizo”. Y es difícil también para la persona poder aceptar... tiene que estar bien sólido en su decisión para que no le afecte ¿no? Si no eso… después pasa, pero el primer momento de choque es ese. Nosotros vemos también que en nuestra organización, en estos últimos años, hay muchos jóvenes, muchísimos. Tuvimos la asamblea en enero y el 70 % eran jóvenes. Mucha juventud, muchos jóvenes.
Liliana: Así que animó para volver a armar el área de jóvenes que hacía años había habido y se había diluido un poco. Así que este año con toda la fuerza se armó el área de jóvenes que están organizando encuentros, ¿no? Y bueno, haciendo un camino también de construcción colectiva re lindo.
¿Y estos jóvenes están en los campos o están haciendo otras tareas?
María Guadalupe: Hay jóvenes que están en los campos que trabajan. Muchas veces son porque son chicas jóvenes que han tenido hijitos y entonces se quedan por los hijos, un poco porque los padres las ayudan para la crianza. Otros que están alrededor, en los pueblos y que van y vienen, estudian y vuelven a la casa. Claro, en los pueblos, no en las ciudades grandes.
Liliana: Tipo en Humahuaca, Abra Pampa, La Quiaca ¿no?
María Guadalupe: Van y vuelven, tienen colegio. En otros casos también hay algunos… escuelas secundarias, se han creado en distintos lugares. Entonces, eso hace, por lo menos hasta la secundaria, que los chicos estén ahí en el pueblo, y después, a veces van a ayudar a la familia los fines de semana. Nosotros nos planteamos desde la organización que no vamos a hacer como los primeros años, que se creó un área para jóvenes y decíamos: bueno, hay miradas, que son propias de los jóvenes, juntarse, soñar, no sé qué... pero por ahí muchos de los jóvenes están haciendo actividades concretas ¿no? Por ejemplo, en su organización, bueno, son las mamás, tejen, cuidan las ovejas o trabajan en el municipio, o sea, hacen muchas actividades, no es que están sólo por estar. Entonces, esta vez decíamos que haya una relación un poco más fuerte, entre lo que es la organización en sí: conocer para qué es la organización, en qué nos ayuda, en qué nos potencia. Y las actividades que están, no sacarlos a los jóvenes a hacer sólo un área, sino que los jóvenes sigan estando en todas las áreas como están. Pero, que tengan momentos que ellos puedan tener su espacio, encuentros o capacitaciones. Y la demanda fuerte de la mayoría de los jóvenes ha sido capacitarse en hacer cursos, pero que estén relacionados con otra forma de vida ¿no? En el campo.
¿Por ejemplo?
María Guadalupe: Por ejemplo agricultura, salió mucho, también relacionado a la tecnología.
Liliana: Agregado de valor… Hay una producción primaria básica de la agricultura, de la ganadería, y bueno, y nosotros, dentro de la red, tenemos algunas líneas de agregado de valor, una es esta de artesanías, se agrega valor a la fibra que se esquila de la llama. Tenemos también una planta de elaboración de chacinados en La Quiaca, y ahí hay 12 comunidades organizadas para eso. Hay una planta de procesamiento donde también trabajan jóvenes y demás que le hacen un valor agregado a la carne, por ejemplo. Tenemos una en la sede en Humahuaca, en donde hay un molino que procesa harinas. Hay varios productores de miel, hay distintas cosas que en las cuales los chicos se pueden… También tenemos un grupo de productores de quinoa, y también se está trabajando sobre el agregado de valor a la quinoa. Entonces, hay muchas alternativas de poder agregarle valor a la producción y vender quizás mejor lo que se hace ¿no? Y dar otra ocupación.
María Guadalupe: Y turismo rural también, es muy fuerte eso. Ya se está dando, fuerte. Y otra era que… tener mayores comodidades en el campo. Por ejemplo, una buena vivienda, la luz, que llegue la tele. Como que eso era re importante para los jóvenes. Porque había una de las preguntas que nosotros hacíamos relacionada a la migración y entonces esas eran las demandas: mejorar las posibilidades, la vida, la comodidades de l
¿Cómo ven el futuro de la región?
María Guadalupe: Mirá, el futuro siempre uno piensa que todo va a mejorar ¿no? En principio… que todo, por lo menos si uno achica a esa pregunta y la pone dentro de su grupo, desde su mirada, desde la organización, nosotros hemos pasado, bueno, estos veintiseis años hemos tenido un poquito así de distintos gobiernos que, obviamente, que no sólo el gobierno es el que impone el futuro, sino que… pero es bastante ¿no? Las condiciones que se dan desde el Estado para toda la población influye muchísimo. Nosotros hemos pasado… y creo que ahí toma fuerza nuestra organización, porque cuando hay situaciones más adversas las hemos llevado adelante igual internamente, sosteniéndonos, vendiendo nuestros productos, que nadie se quede afuera y que, bueno, que nadie la esté pasando mal, y eso nos ha fortalecido. Sin embargo, parece que si tengo que mirar un poco cómo se viene, tenemos en la puerta la pujante idea de la minería ¿no? Que casi se está imponiendo, como que todo el tiempo estamos atajando, están explorando... que hay que juntarse, que hay que luchar, que esto, que ya aprobaron el cateo, que ya… ¿no? Sin hacer previas consultas ni nada. Entonces, eso es una amenaza, porque para nosotros, por ejemplo, si bien hay una primera etapa de trabajo, en la segunda la consecuencia es contaminación. La poca agua que hay bueno, eso va en detrimento de la crianza de los animales, de la agricultura y de la ganadería, digamos. Y eso implica que la gente se siga yendo del campo porque las oportunidades son menos, se van y eso implica que el gobierno se justifica que no hay políticas para el campo porque no hay gente. O sea, que a veces uno piensa que es como que la intención ya estaba de la despoblación ¿no? Y que si no hacemos previa lectura podemos, pasar por esa situación, irse y así. Es un poco desolador en ese sentido. Y después, hay varias cosas que son… la minería es la no entrega... acá, en esta zona te estoy hablando, de esta región norte, la no entrega de los títulos comunitarios. Eso también debilita bastante, porque al no tener la tenencia de la tierra en papeles, es una amenaza constante de que la saquen a la gente, de que la pasen por arriba, que pase una ruta, que te retaceén el campo. Y que no se pueda a veces hacer mucho porque las mismas referentes de nuestras organizaciones más grandes como que el gobierno las coopta de alguna manera ¿no? Y así pasó, nos pasó a nosotros. Y le ponen algún cargo a esas personas, un cargo en el Estado, y desde ahí operan para manipular, digamos, a las poblaciones campesino-indígenas. No sé, cómo veo ahora que el gobierno, nuestra provincia es bastante neoliberal, así que tiene un discurso, ¿como te podría decir? Defensor, no sé, como que hasta aculturado, a lo que nosotros quisiéramos escuchar, pero en la práctica es totalmente distinto, y hace una política partidaria muy feroz, dividiendo, apoyando a unos en detrimento de otros. En ese sentido me parece que no es tan alentador. Bueno, sin embargo, nosotros siempre la hemos luchado, y creemos que, obviamente, que por eso no nos bajoneamos, seguimos…
¿Les está afectando la crisis climática?
María Guadalupe: La crisis climática para nosotros es un tema muy preocupante y se nota mucho ahora porque ha cambiado el clima, y eso nos afecta en muchas cosas en la vida diaria. Por ejemplo, ya se nota poco otoño y poca primavera. Está más acentuado el verano con sus calores y el invierno con sus fríos, como que los intermedios van desapareciendo, por un lado. Y por otro lado, nos afecta en el agua, porque al haber calores tan fuertes, se filtra mucho el agua. No es que hay agua todo el tiempo, el tema de la humedad. Y eso también va a en contra de los que tenemos la crianza de los animales, porque se merma el pasto, hay que caminar más lejos para ir a buscar el agua, para dar de beber a los animales también. Y después otras enfermedades que están apareciendo para el campo, están volviendo la sarna, el piojo… que eran controladas, porque se hacen acá muchos botiquines sanitarios. Ha sido una actividad que se ha organizado durante años y ya la gente lo maneja, pero este año, por ejemplo, hubo un brote de sarna grande que no venía desde hace años, y está muy asociado a los vientos fuertes, viste que, bueno, transmiten las enfermedades. Y nosotros decimos eso, porque no había vientos normalmente en épocas que ahora sí lo hay, no había tanto frío en esta época que, sin embargo, lo hay, que no había granizada en el verano, y que en otros lugares ha inundado en el verano o no tan verano, así. Zonas que al kilómetro está el sol y en otra zona está inundándose. O sea, esos desastres naturales como que a veces uno veía en otros lugares, pero hoy están ocurriendo acá en la zona, y para nosotros es resultado del cambio climático ¿no? Que, bueno, ahí vemos el desequilibrio que han provocado, las grandes maquinarias, todo lo que ha contaminado y ha roto la capa de ozono, y eso ha desequilibrado, nos afecta a todos, no es que a unos. Nosotros hacemos cosas muy chiquitas, como plantar los árboles, hacer riego por goteo, son cosas que tenemos que adoptar para seguir sembrando y eso, pero, sin embargo, vemos que como países hay que tomar conciencia de los cambios climáticos, porque es donde se genera todo este sistema contaminante que hace que después se produzca un desequilibrio.
¿Cuál crees que es el rol de las organizaciones frente a estas situaciones?
María Guadalupe: El rol de las organizaciones frente a estos desafíos que afectan a nuestra vida siempre ha sido hacer reuniones, juntadas, conversar, tomar conciencia y juntarnos para luchar. Por ejemplo, muchas veces hemos compartido días y días de corte de ruta para no dejar pasar las camionetas frente a la minería, por ejemplo, ¿no? Yo creo que es como visibilizar la situación, qué es lo que está pasando, y en eso ha servido mucho hoy en día que se viralicen ciertas imágenes, y nosotras hemos hecho un montón de veces también por eso. Sí, como concientizar que nosotras tenemos que visibilizar, la situaciones para que todos, la ciudad, el pueblo, tome conciencia de que están pasando esas situaciones y nos acompañen a, no sé, si se puede frenar. O sea, también hemos hecho, otras veces, hablar con el gobierno, con los ministerios, con la gente que les compete. Sin embargo, siempre, desde los gobiernos nos reducen a, si somos 300 ¿no? voy a hablar con 50, y somos 50 ¿no? Voy a hablar con 2 ¿no? Como que… y nosotros creo que muchas veces hemos dicho: “no, aquí todos somos responsables, todos queremos participar de esa audiencia, queremos ir, contestar y exponer la situación”. Y son pocas veces que hemos tenido resultados, porque como que a dos o tres personas siempre existe para ellos la posibilidad de torcer, o sea, quedarse con su propuesta ¿no? O de justificarla. Pero, nosotros creo que la acción de lucha y la calle no tenemos tanta, digamos, otros espacios, utilizar los medios de comunicación que ahora es el celular, la radio, el facebook, y contar la situaciones y decir qué estamos pasando, dar información, que la gente se entere. Creo que si uno lo utiliza bien también sirve, y no es el recurso que nos va a resolver, pero, por lo menos, la gente se entera que está pasando esa situación y no se queda ahí como perdida y quedamos ahí que no se puede hacer nada.
Nosotros, esa ha sido la herramienta hasta ahora en muchos casos: la calle, esa es una acción de lucha permanente, y lo cual nuestro gobierno repudia, ha demonizado las organizaciones sociales por manifestarse, tildando de violentos, de romper la paz, que no quieren el progreso, pero nosotros también decimos: “sí, el progreso por acá ha pasado, digamos, para otros países, pueblos, pero nosotros no estamos progresando”. El gas pasa por acá, sin embargo, hay re poca gente que se les ha colocado el gas natural, la mayoría seguimos comprando la garrafa. Ha pasado, no sé, los paneles solares hoy en día también es un caballito de batalla del gobierno que dice: “bueno, el panel solar”, pero la luz se va para Chile. Acá, no sé, re pocos tienen la luz solar. Y es re caro comprar los paneles solares. O sea, no es que nosotros estamos en contra del progreso ni nada, sino que parece que a veces hacen tanta propaganda, que nosotros... por ahí hay mucha gente que se ha molestado, porque han pasado por los lugares, por eso te decía que, al no tener los títulos, estás en constante vulneración de tu derecho de decir: “por acá no pasen”, porque han pasado por zonas que la gente pastoreaba, eran caminos vecinales, no les ha importado, han pasado lo mismo. Y si uno salía a cortar una ruta, bueno, es lo contrario, es que no querés el progreso, pero por eso digo el progreso ¿para quién es? ¿Quién se beneficia con eso? No es para nosotros todos, no lo es porque está comprobado.
Mayo 2022, Tilcara, Quebrada de Humahuaca, Jujuy.
Comments