Vanda Ianowski
TIERRAS COMUNES
Mi nombre es Vanda Ianowski, vivo en Puelmapu (Patagonia "argentina"), en la ciudad de Viedma, Río Negro. Soy madre de Manuel, tía de Madison y Aarón.
Nací en Buenos Aires. En el año 1994, al terminar la carrera de sociología, me mudé al Sur para trabajar, durante intensos 18 años, en la desmanicomialización iniciada en la provincia con la apertura democrática. En este proceso se crearon servicios de salud mental con internación en los hospitales generales y dispositivos comunitarios, que permitieron el cierre progresivo del neuropsiquiátrico provincial.
Lo que me interesó fue que se proponía la desestigmatización de la locura y la organización social, a fin de generar posibilidades diversas de vida, trabajo, vivienda, que permitieran a las personas con sufrimiento mental habitar dignamente en sus localidades. Nuestro principio era: “ante los riesgos del control social elegimos los riesgos de la libertad”, lo que suponía profundas transformaciones.
A fines de los ‘90, cuestionamos el modelo prohibicionista para el abordaje del consumo de drogas ilegalizadas y sus políticas represivas focalizadas en los jóvenes de sectores populares. Propusimos el modelo de “reducción del daño“ y la conformación de redes interinstitucionales y comunitarias.
Más tarde, participé en asambleas socio-ambientales, para la defensa del agua ante los múltiples y diversos proyectos extractivistas que se daban en la provincia y se profundizan en el presente. En el año 2014, con la renegociación de los contratos petroleros en la provincia, que significó la vía libre para la actividad hidrocarburífera con explotación no convencional (fracking), nos organizamos en la Asamblea Socioambiental del Currú Leuvú. Este caminar me acercó a comunidades mapuche, su cosmovisión y sus luchas por las recuperaciones territoriales. Las luchas defensivas ambientales me llevaron a preguntarme por lo que "sí" queríamos en nuestro territorio. En el año 2017 creamos el Colectivo Agroecológico del río Negro/Comarca Viedma-Patagones, en el que confluimos ahora consumidoras organizadas, familias agricultoras, compañeras del INTA, y la universidad. Desde esta grupalidad en permanente mutación, se hace agroecología en las chacras, ferias, comercialización a otras regiones, transformaciones alimentarias, comunicación, entre tantas otras cuestiones que implica el crecimiento de la agroecología como opción ética y política.
Desde el alzamiento del EZLN en 1994 seguí desde lejos al zapatismo como una invención política de gran inspiración. Participar en el Primer Encuentro Internacional de Mujeres que Luchan, convocado por las zapatistas en marzo de 2018, me marcó profundamente.
En 1997 comencé a dar clases en la Carrera de Ciencia Política de la Universidad Nacional del Comahue. Paralelamente, en sucesivos proyectos de extensión acompañamos procesos de organización comunitaria, en los últimos años focalizados en el Colectivo agroecológico. Desde el año 2019 estoy a cargo de la materia Sociología Política, en la que parto de entender nuestro presente como un momento de crisis civilizatoria, es decir, estructural, del sistema patriarcal-colonial-capitalista. En este contexto, es necesario un activismo conceptual, nuevas lecturas que permitan cartografiar las líneas constituyentes de otros mundos ya existentes. En ese sentido, considero fundamental desarrollar formas de pensar/hacer la política no centradas en el Estado. En la cátedra incorporo el análisis de experiencias políticas y formas de gobierno no estatales, a través de bibliografía académica y de elaboraciones teóricas de movimientos ecologistas, indígenas y feministas. En esta línea, desde el equipo de cátedra hemos realizado entrevistas a referentes de diferentes experiencias locales. A inicios del 2022, siguiendo esta indagación, inicié un viaje para conocer de qué manera, en distintas geografías, se están realizando prácticas colectivas de cuidado de lo común, desde principios de autonomía y libertad.
Las entrevistas que aquí comparto tienen el propósito de inspirarnos y sumar herramientas a nuestro propio caminar, en la certeza de que sólo en colectivo podremos afrontar los desafíos que la crisis nos presenta.
Y como siempre aparecen cómplices en las aventuras, en ésta están Ana Carolina Stróngoli (del equipo de “Después de la Deriva” en Radio La Tribu, quienes me acompañaron en la voluntad de búsqueda compartiendo en su programa las entrevistas) y Romina Pesalaccia, que tomó con entusiasmo la propuesta de diseñar la página. Y así también, en colectivo, andaremos por aquí.